La cultura es la única riqueza que nadie te puede quitar

22 abril 2013

La difusión del arte


Una de las de las funciones importantes que tiene el Animador sociocultural es la difusión de las expresiones artísticas y la promoción de artistas. A través de actividades o proyectos el animador debe ser creativo y realizar acciones enfocadas a buscar el interés del público. Las herramientas para este fin son tantas como la imaginación que tenga el TASOC, encontramos: Ferias, concursos, talleres, crowfounding, etc.

Por otra parte, es importante obtener apoyo desde todos los agentes sociales, una manera de atraerlos sería hacerles entender la necesidad que tiene la comunidad en cubrir sus inquietudes artísticas. Además, puede llevar a una mayor dinamización de la economía, un incremento de intercambio cultural entre otras partes del mundo, así como el enriquecimiento de la propia cultura local y revalorización de esta.

Lo más interesante que proporcionan la difusión del arte es la aportación a la ciudadanía hacia transformar, movilizar y promover valores relacionados con el positivismo optimismo pragmático teniendo siempre en cuenta los principios de democracia cultural. De este modo, se crean espacios en donde surgen nuevas ideas que llevan a la movilización ciudadana y a la sensibilización individual y colectiva.

Por tanto, se trata a fin de cuentas de favorecer el desarrollo de una sociedad que desde el diálogo creativo surgen nuevas fórmulas par a resolver los problemas latentes de nuestra sociedad.

Me ha resultado interesante el último descubrimiento sobre personas que buscan transformar la sociedad, esto son la Liga de Optimistas Pragmáticos se trata de una organización que busca impulsar proyecto desde sus 8 princiopios:
  • Optimismo ambicioso: hay que estar preparados para soñar con el futuro.
  • Desbanquemos el cinismo como pensamiento dominante.
  • Todas las personas que hacen cosas buenas están comprometidas con un proyecto que va más allá de sí mismas.
  • Hay que basarse en los hechos objetivos, no en lo que creamos. Basarse en el método científico. Pensar como un ingeniero y no como un político. Si quieres salvar el mundo, piensa como un ingeniero.
  • Las ideas deben compartirse, no protegerse. Cuando las ideas se comparten se confiere poder a las personas en lugar de ejercerlo sobre ellas.
  • No pasa nada si te equivocas. Lo irresponsable es no intentarlo. Equivocarse es creativo. Lo peor es no hacer nada por miedo a equivocarse.
  • Somos lo que hacemos y no lo que tenemos intención de hacer. No imaginemos lo que podríamos llegar a ser, pongámoslo en práctica: no procastinemos.
  • Un proyecto grande debes plantearlo como un torneo de 10 rondas, donde cada vez que lo intentes perderás una batalla menos. Así, cuando lleves 6 batallas la balanza del éxito empezará a inclinarse a tu favor.

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