MUSEOS

Un museo está organizado por diferentes tareas,  se encarga de la conservación y recuperación, se debe tener claro las políticas de colecciones que nos lleva a las estrategias para desarrollarlas. Entre las estrategias  podemos encontrar diferentes objetivos como la recuperación de la memoria histórica o el modo difusión de a la obra.  De manera que el museo no sea visto como una entidad que se limita a almacenar y exhibir colecciones si no que se muestre como una institución que va unida a la educación, un lugar de reflexión y encuentro entre los ciudadanos y colectivos.

Como comenta el libro “Fuerzas que impulsan el cambio” la clave de todo museo es tener en cuenta al usuario, debe por tanto transmitir y enseñar de manera que no resulte pesada para el usuario, que sea dinámico. Por ejemplo, en el recorrido incluir diferentes canales de transmisión o zonas de descanso. Debe cumplir un doble objetivo, entretener y educar y sobretodo adaptada a todo tipo de usuario, para evitar discriminación por tanto que  no haya barreras arquitectónicas. El autor resalta exposiciones que ofrecen incógnitas al espectador y que invitan a la reflexión. Por tanto, para que un museo cumpla estos objetivos debe tener desde el principio un programación bien completa.

Crear rutas culturales

Si analizamos las rutas culturales las podemos entender como una nueva forma de concebir el patrimonio cultural enmarcado en un conjunto y dentro de un contexto por tanto, se aleja de la idea de un edificio aislado. La gente se beneficia de un itinerario cultural que si se plantea bien puede llevarlos a valorar la herencia histórica, es una magnifica manera de comprender y  respetar la cultura. Además, cuanto mayor auge haya los municipios ven interesante invertir en él y gracias a ello existe una mejora en la gestión y conservación, aunque no sea siempre así. Si observamos el lado oscuro, y como en todo lo que toca el hombre, el “uso” del patrimonio se corrompe. Se crean masivos paquetes turísticos como único motivo de obtener el máximo beneficio económico desapareciendo así la calidad del servicio. Si no se estudia previamente el impacto que conlleva que miles de personas pasen por este, veremos un deterioro de los edificios y monumentos cada vez más acusado.

La creación de una ruta cultural se entiende como un proceso complejo, debe ser riguroso en los objetivos que deseemos marcar y apoyarnos en la realidad social.

Un itinerario cultural debe tener un diseño  original, una de las maneras es buscar que el usuario participe y sea creativo, así nos aseguraremos que no olvida lo que ha aprendido. Tampoco es necesario dar mucha información, si vuelve a casa recordando cuatro conceptos bien claros es mejor que si  no retiene nada. Igualmente, es fundamental transmitir el espíritu del estilo al que nos estamos dirigiendo, emociones de la época y las características principales. Para todo ello debemos tener en cuenta los recursos de los que disponemos y  las herramientas necesarias para rendir en la programación, entre varias podemos encontrar: Google Maps, Google City Tours, Witur, etc.

Finalmente, evaluaremos los resultados y nos guiaremos en lo errores para mejorar el servicio.