Dentro de la
comercialización, la prestación es el servicio que ofrecemos, es aquí donde
debemos tener en cuenta el marketing interno, el cual va dirigido a todos los
que trabaja dentro de la institución. El objetivo es que los trabajadores estén informados, les guste y se
sientan parten de la empresa.
Hay diferentes estrategias
para aplicar el marketing interno, por ejemplo: podemos dejar que el trabajador
acceda a los servicios obteniendo una reducción o gratuitamente, de esta forma
conseguimos cuidar al trabajador y que conozca mejor lo que ofrecemos, le guste
y lo valore. Muy importante es el ambiente del trabajo, la manera de comunicarse
dentro de la empresa posibilita dar la opinión sobre el servicio para mejorar
las deficiencias. Las técnicas serán variadas, según la cantidad de personas
que forma el grupo, ejemplo: reuniones, sondeos, buzón sugerencias, etc.
Si hablamos de la calidad del
servicio decimos que es la diferencia que hay entre lo que te esperas a lo que
recibes, por tanto no es bueno dar unas expectativas que sean excesivas, sino
más bien adecuadas. Podemos evaluar nuestra oferta, y para ello nos dirigiremos
al cliente a través de entrevista, buzón sugerencia, esperar los comentarios de
la gente al terminar la exposición o espectáculo, mensaje al tweter, etc.
Personalmente me gustó la
técnica de evaluación que se realizó en el Festival de Mediometraje en la que
te daban un tarjeta para puntuar la película y si la entregabas, entrabas en un
sorteo de pase vitalicio y gratuito al Festival. De esta manera “obligas” a la
gente a que puntúe las películas cuando generalmente les da pereza dar su
opinión.
Un punto importante en el
proceso de comercialización, es la decisión de si el servicio que queremos
ofrecer será gratuito o si se pagará, si es así a qué precio. Carles en clase comentó que no es
conveniente dar servicios gratis ya que, el usuario no lo valora y que por
tanto baja la calidad del servicio.
Pienso que los eventos
culturales del país deberían ser gratis para todos los menores de 18 años y jubilados.
Podemos ver esta ventaja como una estrategia para atraer público, ya que las familias
estarían más dispuestas a disfrutar de su tiempo libre en actividades culturales.
Opino que el coste estaría a
acorde con las posibilidades económicas de la mayoría de los españoles.
Además estaríamos creando a futuros
consumidores de cultura y por tanto asegurando la perpetuación del desarrollo
cultural y sobretodo educando a niños en valores de democratización cultural.
Además, esta oportunidad crea
enormes beneficios sociales ya que implica acercar y formar a los más pequeños en
cultura y activar a los mayores para que se aproximen a la garantía de un
envejecimiento activo.